La idea de formarse a lo largo de toda la vida se convirtió en una cuestión imprescindible para realizarse personal y profesionalmente. Conozca el motivo de ello y cuáles son las claves para no quedar al margen de esta tendencia propia de un cambio de época.
El concepto de Lifelong Learning o su versión en español de ¨Formación a lo Largo de la Vida” o ¨Educación Continua¨, constituye un esfuerzo por superar la comprensión tradicional del aprendizaje como un proceso formal, limitado a una etapa específica de la vida. Acuñado desde hace ya varias décadas por instituciones como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la UNESCO (donde existe el Institute for Lifelong Learning) en líneas generales plantea la necesidad de que frente a los cambios experimentados por la sociedad globalizada en su conjunto, se atiendan a los nuevos desafíos hacia los cuales se orientan las estrategias de aprendizaje permanente.
Como bien lo señala en su edición de tapa de enero de 2017 The Economist, el Lifelong Learning se convirtió en un imperativo económico de estos tiempos. De hecho, el título de la edición impresa de la revista inglesa fue ¨Learning and earning¨ (¨Aprendiendo y ganando¨ -dinero, claro. Se trata de una publicación económica-). ¨Muchos creen que los cambios tecnológicos solo contribuyen al fortalecimiento de la educación más formal pero la realidad es mucho más compleja que esto (…) El cambio tecnológico exige conexiones más fuertes y continuas entre educación y empleo¨, apunta el artículo.
Adquirir nuevas habilidades para sustituir a las que se tornaron obsoletas se convirtió en una obsesión entre empleados y empleadores, situación que incrementó notablemente la demanda por cursos de extensión o perfeccionamiento técnico.
Muchas instituciones educativas adhieren y acompañan este concepto de Lifelong Learning. CENEDI, una plataforma de educación a distancia especializada en oficios, es una de ellas.
Alejandro Stofenmacher, Director de Nuevas Tecnologías de CENEDI señala que ¨el aprendizaje no puede ser dividido entre el lugar y el tiempo para adquirir el aprendizaje (por ejemplo la escuela) y el lugar y el tiempo donde se aplica el aprendizaje (por ejemplo el trabajo), en su lugar, el aprendizaje debe ser visto como algo que tiene lugar sobre la base de nuestras interacciones diarias con el mundo que nos rodea. Cada persona, en cualquier momento de su vida debe tener oportunidades de aprendizaje para adquirir el conocimiento y las habilidades que necesita para llenar sus aspiraciones y contribuir a la sociedad en la que se desarrolla¨.
Si bien las herramientas tradicionales de formación como universidades, escuelas, bibliotecas o talleres y cursos continúan siendo pilares fundamentales de quienes aspiran a crecer y educarse, nunca antes en la historia se tuvo acceso y facilidad para encontrar información y capacitación como ahora. Métodos de aprendizaje como el e-learning y el uso de nuevas tecnologías de aprendizaje a distancia contribuyen a alimentar el espíritu del Lifelong Learning.
No obstante, vale la pena tener algunos conceptos que amplían nuestra noción básica de lo que entendemos como ¨educación¨. Según Stofenmacher de CENEDI, ¨la adquisición del conocimiento, de habilidades y competencias no debe ser limitada a lo que tradicionalmente se conoce como habilidades básicas, sino que debe ser extendido teniendo en cuenta el surgimiento de nuevas habilidades que hoy en día son críticas para el individuo, como aprender a aprender, habilidades para ser ciudadanos del mundo y habilidades emprendedoras. Una población preparada y munida de estas habilidades es la llave para el desarrollo sustentable y la estabilidad de un país¨.
Llevado a la práctica, lo que este especialista propone es que cualquier persona puede cambiar su rumbo laboral o personal tan sólo proponiéndoselo. Siendo adultos nuestra experiencia puede llegar a ser nuestro mejor maestro. Si hay algo que nos llama la atención, enfoquémonos en eso, tratemos de probar distintas cosas distintas y estemos conscientes de los resultados obtenidos.
Es decir que si hay alguien que toda su vida se dedicó a tareas administrativas y nunca se apasionó por ello, puede descubrir nuevas habilidades haciendo otras cosas. La idea es descubrir cuáles son nuestras habilidades innatas o adquiridas y potenciarlas mediante la capacitación. Por ejemplo, ¿Somos buenos cocinando? Hagamos un curso de repostería, panadería o conservas. ¿Somos buenos con las computadoras o arreglando cosas? Intentemos preparándonos con clases de informática o en algún taller de reparación de Aire Acondicionado ¿Somos buenos enseñando y tocando un instrumento? Hay muchos cursos on-line para enseñar o aprender música.
Mejoremos estas habilidades y llevémoslas a un próximo nivel. Se trata de intentar hacer cosas nuevas, tanto dentro como fuera de nuestras habilidades preferidas o reconocidas. No nos obliguemos a aprender cosas simplemente porque ellas sean importantes o necesarias. En lugar de ello aprendamos cosas que necesitemos y a la vez que nos resulten atractivas y placenteras de aprender. Empezar por allí, puede ser la mejor forma de iniciar un emprendimiento propio, de lograr cierta independencia laboral.
Sin embargo, lo mismo aplica al ámbito del trabajo en relación de dependencia. Aun cuando debamos aprender cosas obligadamente, busquemos más allá de lo que nos piden que aprendamos. Busquemos los antecedentes, casos de estudio, distintas aplicaciones, y hagamos que nuestra experiencia de aprendizaje tenga mucho más sentido.
En definitiva, quienes impulsan y abogan por una mayor concientización de la ¨Formación a lo largo de la vida¨, son instituciones y referentes educativos del ámbito público, privado y del tercer sector. Se trata de un concepto que redefine la idea de aprendizaje en todas sus etapas, entendiéndolo como un proceso de construcción permanente del conocimiento. ¡Es tiempo de escuchar a esas voces!
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